La tributación es un elemento fundamental para construir una UE más fuerte, más competitiva y más justa. Europa necesita un sistema fiscal que cumpla con las necesidades de su mercado interno y que promocione el crecimiento económico y la competitividad, atrayendo inversiones y ayudando a crear empleos. Asimismo, debe fomentar la innovación y estar acorde con el modelo social.
En este sentido, la Comisión ha dado un importante paso para adecuar la realidad económica y negocial con los principios rectores que deben fundamentar la tributación a nivel europeo. El pasado 25 de octubre publicó una comunicación que anunciaba su intención de reformar la forma de gravar empresas en el mercado único. En concreto, se refería a la propuesta de implementar una base imponible consolidada común del impuesto sobre sociedades (BICCIS).
La finalidad principal de esta propuesta es hacer más justa y efectiva la tributación corporativa, de manera que se adapte a la economía moderna y sea más resiliente a los desafíos que surjan en este campo.
Las principales características de este sistema son:
- El establecimiento de una base imponible común determinada de acuerdo con unas normas armonizadas y únicas para todos los beneficios obtenidos en la UE. De esta manera, únicamente será necesario realizar una declaración en un solo estado miembro, a través de un sistema denominado “One-Stop-Shop”. La consolidación significa que las pérdidas de un estado se pueden compensar en otro estado.
- El sistema será obligatorio para grupos de entidades cuya cifra de negocio sea superior a 750 millones de euros, y será optativo para el resto de empresas.
- Será implementado en dos fases, una primera que se centrará en asegurar la base común, y una segunda que se centrará en los aspectos más complicados de la consolidación.
- La BICCIS promocionará la actividad en I+D mediante el establecimiento de una super-deducción para los gastos asociados a la misma.
- Asimismo, también se prevé que se elimine la distorsión existente en la mayoría de sistemas tributarios por el diferente tratamiento a la financiación dependiendo de su origen; capital o deuda. De esta manera se creará un escenario fiscal más neutral respecto de las inversiones.
- La eliminación de los precios de transferencia a las sociedades que le sea de aplicación la BICCIS, que suponía uno de los elementos claves en el traslado de beneficios y planificaciones fiscales agresivas (el 70% del traslado de beneficios a jurisdicciones con menor carga impositiva se realiza mediante esta figura).
- La Comisión fija como principios fundamentales la seguridad jurídica, claridad y estabilidad de la norma, de manera que se cree un ambiente proclive a la inversión y se establezcan unas reglas del juego claras y poco alterables.
La Comisión ha propuesto también un sistema perfeccionado de resolución de litigios de doble imposición en la UE. La doble imposición supone para las empresas un obstáculo importante que genera incertidumbre, costes innecesarios y problemas de tesorería. Actualmente, están en curso en la UE 900 litigios de doble imposición, por un valor estimado de 10.500 millones de euros. La Comisión ha propuesto la adaptación de los actuales mecanismos de resolución de litigios de modo que respondan mejor a las necesidades de las empresas. En particular, se dará cobertura a una gama más amplia de supuestos y los Estados miembros dispondrán de plazos claros para la aceptación de una solución vinculante a la doble imposición.
La tercera propuesta de la Comisión se centra en un mecanismo para dar respuestas a las asimetrías con países no pertenecientes a la UE. Mediante esta propuesta se refuerza las provisiones de la UE en materia de lucha contra la elusión fiscal. La Comisión propone centrarse, en concreto, en las diferentes definiciones de establecimiento permanente, productos híbridos y criterios de residencia.
Estas propuestas legislativas se presentarán ahora al Parlamento Europeo a efectos de consulta y al Consejo para su adopción.
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